Isidro Toro Pampols-Las primeras cooperativas de ahorros y crédito (CACs) se instalan en 1908. Para el año de 1929 existían 1000 cooperativas de ese tipo en 23 estados de la Unión. Para 1933 se aprueban las cooperativas federales y en 1970 se establece el sistema de garantía de depósitos para los asociados.
Las CACs se crearon con la finalidad de ofrecer servicios financieros a sus miembros, quienes tienen un voto en las asambleas decisorias independientemente del monto de sus aportaciones o ahorros. El Estado norteamericano protege al cooperativismo exceptuándole de pagar una mayoría de impuestos y avalando la solidez del sistema de garantía de depósitos.
El cooperativismo norteamericano cuenta con 47,000 asociaciones que agrupan 120 millones de personas, de esas 6,950 son de ahorros y crédito con 96 millones de afiliados. Importante es destacar que 45 millones de usuarios usan estas cooperativas como su banco principal.
Los cooperativistas obtienen prestamos cuyos promedios son como siguen: 2,700 dólares para tarjetas de crédito; 14,500 dólares para adquirir un automóvil; 130,000 para una hipoteca y para una pequeña o mediana empresa, 220,000 dólares.
Estos datos son del año 2012, por lo que compararemos la cantidad de bancos y CACs que quebraron durante la crisis inmobiliaria entre los años 2008 y 2012. El primer año del periodo in comento, se fueron a pique 25 bancos y 22 cooperativas; en 2009, 140 bancos y 28 CACs; para el año 2010 fracasaron 157 bancos y 37 cooperativas; 92 bancos y 16 CACs en el año 2011 y, finalmente, 51 bancos y 21 cooperativas en el año 2012.
Cabe destacar que el sistema de garantía de depósitos protegió los ahorros hasta una suma tope de 200,000 dólares, poniendo de relieve el hecho de que fueron mínimas las quiebras y perdidas en el sector cooperativo norteamericano.
Estos datos apuntalan la tesis de que el asociacionismo y particularmente el cooperativismo, es la columna vertebral de la economía social y palanca esencial del desarrollo comunitario, afirmación que se demuestra señalando que el 28% del procesamiento y comercialización de la producción agrícola (2010) fue gracias a las cooperativas y 42 millones de usuarios son atendidos por las cooperativas eléctricas en 47 estados del país.
Las cooperativas norteamericanas son supervisadas y reguladas por entes especializados federales y estadales. El éxito es evidente y no hay injerencia del sector bancario. Podemos pensar que es una buena referencia a la hora de tomar decisiones en la República Dominicana.
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