Xiomara Núñez de Céspedes
Ha terminado 2021, un año de muchas altas y bajas, altas las expectativas, bajas las acciones, la pandemia del COVID19 nos mantuvo en un carrusel de ascenso y descenso del contagio creando en su actuar una ola de incertidumbres y malestar.
Para las mujeres, las expectativas de este 2022 siguen siendo inciertas los retrocesos que sufrieron las conquistas obtenidas después de años de luchas persistirán por mucho tiempo, tendremos que pasar de las denuncias a la acción de empoderar a cada mujer y niña de sus derechos y la necesidad de participación activa en la vida política y social.
Poseemos una larga lista de pendientes desde:
- la eliminación de los matrimonios infantiles que tanto daño hacen a nuestras niñas,
- la lamentable tasa de feminicidios que llenan de luto las familias
- aumentan el número de infantes huérfanos, situación que se vio agravada de manera sorprendente durante la pandemia,
- el pesado e incompartible trabajo doméstico no remunerado que llego a niveles inimaginables cuando miles de mujeres se vieron en las multitareas del teletrabajo, es para repensar y socializar con nuestros pares varones.
La esperanza consiste en que la virtualidad dio inicio a una mayor proyección de los problemas propios de la desigualdad de género, generando un interés en las organizaciones que promueven las agendas de un desarrollo sostenible para todos y todas.
La firma del documento de la CEPAL que tiene por objetivo ampliar el conocimiento sobre el vínculo entre la igualdad de género y la autonomía de las mujeres en el contexto del cambio climático, con el propósito de que la igualdad de género sea priorizada y abordada de forma integral en las acciones sobre cambio climático a nivel local, nacional y regional.
Se persigue asegurar la plena participación de las mujeres como actoras en materia climática, para alcanzar el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los objetivos del Acuerdo de París, es un avance significativo.
Ese documento busca ser un apoyo para que los Gobiernos puedan avanzar en la implementación de los acuerdos expresados en el Compromiso de Santiago, que se alcanzó como resultado de la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.
Las acciones deben ser encaminadas a una mayor promoción y ejecución de todo plan encaminado a una igualdad de derecho y participación de todas las personas.
Se hace necesaria una utilización correcta de los medios de comunicación, estos son una pieza clave para evidenciar las trabas y los avances en materia de equidad que necesitamos socializar.
Las cooperativas deben unir esfuerzo para que su democracia sea fortalecida y permear cada estamento social en el cual tenga incidencias.
Las mujeres cooperativistas deben crear conciencia de nuestro número y saber que podemos participar en igualdad de derecho en los estamentos de toma de decisiones por nuestros propios méritos. Sin lugar a dudas estamos avanzando, necesitamos ir por más.
Comenta con Facebook