La seguridad de un empleo digno con una remuneración estable y lo que implica como seguridad social, seguro médico y otros beneficios es algo mas que lejano para muchas mujeres que no consiguen insertarse en un empleo formal, quedando como única opción la informalidad de su propia iniciativa para subsistir.

No me voy a referir al emprendimiento como se ha querido llamar a muchas mujeres que lo único que hacen es sobrevivir, echando mano a cuanto pequeño ingreso puedan. Vender aguacates y guineos, arrastrar un cochecito lleno de golosinas, tampoco lo es caminar horas tratando de vender cereales o cuadros de puerta en puerta por unirrisoria comisión no es emprender.

Las mujeres cabeza de hogar ocupan un gran número del llamado sector informal, muy a pesar de su posición en la
mayoría de las aulas de capacitación, tienen como desventajas la exclusión por sexo al momento
de ingresar al sector formal.

La proliferación del trabajo no protegido es otro de los dolores de cabeza para las mujeres siendo estas la mayoría de las trabajadoras de esta categoría ya sea en el sector rural o la ciudad, este tipo de empleo además de las malas condiciones salariales y físicas que lo caracteriza trae también la inestabilidad y el desasosiego de los pírricos ingresos que se reciben.

Las cooperativas representan un ejemplo de trabajo digno para las mujeres desde cualquier Angulo. Los empresarios informales que las contratan no les brindan ninguna seguridad social ya que esto le implicaría el pago de impuestos que no están dispuestos a erogar.

La falta de políticas económicas que protejan los sectores más vulnerables ocasiona y profundiza la pobreza que hace énfasis en las mujeres y los infantes.

Las cooperativas representan un ejemplo de trabajo digno para las mujeres desde cualquier ángulo, ya sea como empleadores sin discriminación por sexo o como financiadores de emprendimientos dignos para las mujeres dominicanas.

Hacer acepción de personas en el juicio no es bueno. El que dijere al malo: Justo eres, Los pueblos lo maldecirán, y le detestarán las naciones; Proverbios 24:23-24

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