PUNTA CANA. El presidente del Consejo Nacional de Cooperativas proclamó, en la apertura de la X Convención Financiera del Cooperativismo Dominicano y VI del Cooperativismo Internacional “Sustentabilidad de Negocios Solidarios Resilientes en Tiempo de Disrupción”,  que el sector cooperativo dominicano  se encuentra  unido, fuerte y esperanzado en que sea aprobado el nuevo Código Legal Cooperativo.

De igual modo solicito la  creación  de la Superintendencia de Cooperativas que regule con recursos a este ámbito de la economía social y con la firme decisión de constituirse en la fuerza fundamental para la reducción de la pobreza y construir una sociedad dominicana y latinoamericana en un marco de justicia, trabajo digno y realización de las comunidades a partir de su esfuerzo.

El licenciado Jorge Eligio Méndez Pérez, al pronunciar el discurso central del principal evento de capacitación del Cooperativismo Dominicano, sostuvo que desde el cooperativismo hay que seguir reforzando los ejes de la economía del desarrollo, pero priorizando que toda herramienta del crecimiento económico aborde los problemas terribles que se anidan en la pobreza. No es de caricatura que millones de personas mueran por falta de acceso a agua limpia.

El presidente del CONACOOP afirmó ante  480 delegados acreditados por mas de 250 cooperativas, que » Hay que aliviar la pobreza local y mejorar la calidad de vida volcando recursos en áreas como salud, educación y agricultura. Lo reza el dicho popular: «Barriga harta, corazón contento”. Argumentó, al advertir sobre la crisis alimentaria, que en la medida en que se alimenta a la población se cultiva sana Gobernabilidad, exitosa Gobernanza y buen Gobierno Cooperativo.

Méndez Pérez  describe l sector cooperativo: «El cooperativismo dominicano cuenta con una membresía que supera los 2,400,000 asociados y asociadas (49.62 mujeres y 50.38% hombres) que constituye el 21.60% de la población dominicana estimada, según la CEPAL, para 2020 en 11,108,358; el 43.92% de la población dominicana económicamente activa -PEA- (estimada para 2020 en 5,191,745) y con 1,800 Cooperativas que asumen movilización de recursos financieros para un índice superior al 7% del Producto Interno Bruto (PIB)” y una participación del 22% ante el sector financiero».

Agrega que las Cooperativas dominicanas generan más de 100,000 empleos directos, fundamentalmente de las Mipymes, y cerca de 579,379 empleos indirectos, de los cuales el 50.50% son hombres y el 49.50% son mujeres, representando el 13.07% de los empleos del país; y su papel de aporte significativo a la economía solidaria nacional es innegable; lo que se aprecia también en el cooperativismo agroalimentario como aval preponderante en la producción nacional de los principales rubros de productos de la canasta familiar; ya que Cooperativas generan el 15% de la producción de caña de azúcar, el 12% de la producción de arroz, el 80% de la producción de pollos, el 62% de la producción de cerdos, el 47% de la producción de café, entre otros. En tal virtud, el Sector Cooperativo Dominicano integrado y en capacidad para enfrentar los retos y desafíos del presente y proyectar con trabajo dinámico el futuro, de cara a dimensionar la producción agroalimentaria nacional, generar los empleos de calidad para el desarrollo local mediante el incentivo a la Mipymes.

Parte de los cerca de 500 delegados que asisten a la IX Convención Financiera del Cooperativismo Dominicano.

A continuación  el discurso del presidente del CONACOOP:

Discurso Central del Lic. Jorge Eligio Méndez, presidente del Consejo Nacional de Cooperativas (CONACOOP), en la IX Convención Financiera del Cooperativismo Dominicano y VI del Cooperativismo Internacional “Sustentabilidad de Negocios Solidarios Resilientes en Tiempo de Disrupción”, realizado del el 21 al 24 de octubre del 2021 en el Hotel Paradisus Palma Real, Punta Cana, República Dominicana. Cooperativistas y Convencionistas:

Hoy es un día memorable porque en espiritualidad se apertura la articulación analítica del cooperativismo en la dimensión de un modelo solidario incluyente y sistémico; en donde convergen la fe con la singularidad de negocios cooperativos éticos y la generación de innovadoras propuestas socioeconómicas de más alto valor estratégico para el Sector República Dominicana y la Región.

El Papa Francisco preconiza que “la educación es una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia. La educación es ante todo una cuestión de amor y de responsabilidad que se transmite en el tiempo, de generación en generación”; siendo ella la obra perfecta de una regla de oro que fortalece la energía que enaltece la economía cooperativista y solidaria.

Es por ello que el CONACOOP en sintonía con las Federaciones y las Cooperativas ha escogido como temática “Cooperativismo: Sustentabilidad de Negocios Solidarios Resilientes en Tiempo de Disrupción”; y como es tradición en nuestras jornadas educativas cada ponencia tendrá como eje transversal la modulación de los Principios y Valores Cooperativos, abordados con firmeza cognitiva por reputados especialistas cooperólogos nacionales e internacionales.

El CONACOOP ha institucionalizado este “espacio de reflexión del Cooperativismo Latinoamericano” como un foro sobre temas de interés y actualidad que inciden en el desenvolvimiento del Sector Cooperativo.

Esta IX Convención Financiera es el puente que une el esfuerzo del impulso solidario de la prioridad de una integración sectorial para con sinergia conjunta en la promoción eficiente de políticas de operatividad asertiva dar paso seguro hacia la inclusión financiera desde una palanca colectiva capaz de superar los retos y desafíos de la modernidad.

La crisis actual no ha sido provocada por el Coronavirus, ya que solo lo que sucede es que se han destapado las grandes carencias ocultas que subyacen en la racionalidad economicista por falta de oportunidades en la educación, diferenciación en las posibilidades de acceso al crédito según el género, falta de infraestructura (en particular en zonas rurales), educación limitada y deficiente; cuestiones entrelazadas que necesitan un conjunto de acciones de políticas públicas, de decisión de la empresa privada, de inversionistas que viven en el “capitalismo salvaje” y de la misma sociedad que calla y tolera la hipertrofia de un sistema que demanda disrupción, transformación

La pandemia exacerbó ciertas brechas dejando al desnudo muchas calamidades, también se han volcado muchos recursos hacia la digitalización que también ha provocado fricción en el ecosistema financiero, liquidez en los grandes fondos de inversión y el despertar de un apetito de vehículos de inversión para impulsar la Fintech; trayendo con ello la ironía del destino de que es solo con ello está la creatividad y el desarrollo de soluciones que, hasta hace poco tiempo, eran inimaginables.

“Es un momento de cambio donde debemos aprovechar las fuerzas externas para resolver los retos que la pandemia nos presenta y solucionar así otros problemas (vacío existencial) para forjar una sociedad futura que sea incluyente y donde la empresa cooperativa y los cooperativistas sean cada vez más conscientes y fomenten el cuidado del planeta, el cuidado de la gente y la prosperidad” sin estereotipos; reconociendo que deben hacerse mayores esfuerzos por instaurar la “inclusión financiera” por estar directamente correlacionada con, por lo menos, siete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, como son:

1.- Fin de la pobreza;

2.- Hambre;

3.- Salud y bienestar;

4.- Educación de calidad;

5.- Igualdad de género;

8.- Trabajo decente y crecimiento económico;

y 10.- Reducción de las desigualdades.

Es perentorio que las Cooperativas asuman el compromiso de incentivar a la comunidad a tomar decisiones responsables, conscientes y competentes y para ello hay que discernir lo bueno de lo mejor de la educación económica y financiera porque empodera hacia el ejercicio de derechos y de responsabilidades.

Hay que mantener el compromiso de proteger a los más vulnerables porque falta de acceso a los sistemas de salud, la educación o el empleo, desalienta al momento de enfrentar una crisis. “La experiencia digital simplificada será el punto de inflexión para que los grupos marginados puedan ingresar al sistema y resuelvan sus necesidades diarias”; por lo que desde las Cooperativas hay que Promover políticas de diversidad, redireccionando estrategias para reducir las brechas de exclusión y discriminación que están gatillando a la seguridad ciudadana, exacerbando la paz social con la violencia intrafamiliar y de género.

Se impone “disrupción para la inclusión”, repensar estrategias desde el Sector Cooperativo con su Poder Social para empujar desde una visión integral la “metanoia” cooperativa (cambio profundo) con calidad propositiva desde la pirámide axiológica de la dignidad humana, anclada en espiritualidad, bondad, generosidad, sacrificio y abnegación que trascienden las lides de Fe, Fraternidad y Servicio. Desde las Cooperativas hay que formular políticas con enfoques novedosos que lleven a garantizar una fiscalización de alta calidad, no solo en transparencia; sino con respaldo del uso seguro de tecnologías innovadoras y, al mismo tiempo, garantizar que la regulación especializada de las Cooperativas sea proporcional a los riesgos existentes para que haya un equilibrio adecuado adaptado al sistema de supervisión que aborde con integridad la protección del asociado y la estabilidad financiera de la empresa.

El amor cooperativo se prueba con el sacrificio y se alimenta con la esperanza de la perfección humana. Las Cooperativas son herramientas promotoras del trabajo digno, del desarrollo sustentable productivo y económico que permiten transversalizar una economía del bienestar e instrumentar políticas para generación de empleos verdes que abonen en la conservación del medio ambiente; por lo que hay que fortalecer las cooperativas de residuos, las cooperativas agrícolas, las cooperativas ecoturísticas, las cooperativas de cultura artesanal, las cooperativas de trabajo asociado y de producción, entre otras.

“Un verdadero planteamiento ecológico se convierte siempre en un planteamiento social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”. Papa Francisco.

Desde el cooperativismo hay que seguir reforzando los ejes de la economía del desarrollo, pero priorizando que toda herramienta del crecimiento económico aborde los problemas terribles que se anidan en la pobreza. No es de caricatura que millones de personas mueran por falta de acceso a agua limpia.

Hay que aliviar la pobreza local y mejorar la calidad de vida volcando recursos en áreas como salud, educación y agricultura. Lo reza el dicho popular: «Barriga harta, corazón contento”.

En la medida en que se alimenta a la población se cultiva sana Gobernabilidad, exitosa Gobernanza y buen Gobierno Cooperativo; y con ello con la humanización de la experiencia digital se permite potenciar interacciones generadoras de confianza y conexiones emocionales con los asociados. Esther Duflot, Michael Kremer y Abhijit Banerjee, Nobel de Economía 2019, han sostenido que «la productividad presenta grandes diferencias, no solo entre países ricos y pobres, sino también dentro de los propios países pobres»; por lo que se impone generar procesos con focos de concreta innovación y programas incluyentes, donde haya estrecha vinculación entre la economía de mercado, con la naturaleza y el conocimiento. Vuelve Michael Kremer a subrayar como responsable de algunas de las investigaciones más influyentes en la esfera de la economía del desarrollo que como se hacen en las Cooperativas, «pequeñas inversiones pueden tener un impacto enorme para aliviar la pobreza»; y con se puede también propiciar la “humanización de la experiencia digital” para potenciar interacciones generadoras de confianza y conexiones emocionales con asociados de las Cooperativas. «Fortaleciendo la salud financiera para un mañana más brillante» se dimensiona la asertividad de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y se instrumentalizan políticas públicas para empleos que permitan mejorar la calidad de vida de la persona humana, generar equilibrio territorial, generar transformación económica y acciones que requieran la participación colectiva; y qué más que hoy que se celebra el Día Internacional de Cooperativas de Ahorro y Crédito; y donde el escenario del modelo sistémico del cooperativismo dominicano tiene un proceso de integración envidiable en toda América Latina y es referente por su sana organización en el mundo, con un liderazgo nacional y dirigencia ceñida a la convicción ética; con desarrollo sustentado en Valores y Principios Cooperativos; con una conciencia cívica de su rol para motorizar la cohesión social cooperativa; y con incidencia pública reforzada; pues el cooperativismo dominicano cuenta con una membresía que supera los 2,400,000 asociados y asociadas (49.62 mujeres y 50.38% hombres) que constituye el 21.60% de la población dominicana estimada, según la CEPAL, para 2020 en 11,108,358; el 43.92% de la población dominicana económicamente activa -PEA- (estimada para 2020 en 5,191,745) y con 1,800 Cooperativas que asumen movilización de recursos financieros para un índice superior al 7% del Producto Interno Bruto (PIB)” y una participación del 22% ante el sector financiero.

Las Cooperativas dominicanas generan más de 100,000 empleos directos, fundamentalmente de las Mipymes, y cerca de 579,379 empleos indirectos, de los cuales el 50.50% son hombres y el 49.50% son mujeres, representando el 13.07% de los empleos del país; y su papel de aporte significativo a la economía solidaria nacional es innegable; lo que se aprecia también en el cooperativismo agroalimentario como aval preponderante en la producción nacional de los principales rubros de productos de la canasta familiar; ya que Cooperativas generan el 15% de la producción de caña de azúcar, el 12% de la producción de arroz, el 80% de la producción de pollos, el 62% de la producción de cerdos, el 47% de la producción de café, entre otros. En tal virtud, el Sector Cooperativo Dominicano integrado y en capacidad para enfrentar los retos y desafíos del presente y proyectar con trabajo dinámico el futuro, de cara a dimensionar la producción agroalimentaria nacional, generar los empleos de calidad para el desarrollo local mediante el incentivo a la Mipymes; por lo que las Cooperativas de cara a las nuevas tendencias, se dispone a:

  1. Impulsar el Proyecto de Código Cooperativo Dominicano para que sea objeto de aprobación por el Congreso Nacional y con figuras jurídicas trascendentes sean fortalecido el régimen de regulación especializada y fiscalización.
  2. Apoyar técnica y financieramente al IDECOOP, que pasará a ser la Superintendencia de Cooperativas (SUPERCOOP), como organismo del Estado concebida para mayor sistematización de la regulación y supervisión del Sector Cooperativo Dominicano.
  3. Destinar recursos económicos para la promoción de cooperativas de producción en el sector agropecuario como forma de generar empleos de calidad en las comunidades rurales y suburbanas, mitigar la pobreza, aportar a la seguridad alimentaria y generar empleos dignos.
  4. Estimular la creación de consorcios cooperativos para la distribución y comercialización de la producción de la economía solidaria, hasta los consumidores finales.
  5. Crear en Sector Cooperativo Dominicano un Fondo de Contingencia o de Garantía Público-Social al amparo de lo establecido en el Artículo 222 de la Constitución de la República, para apalancar financieramente cooperativas de distintas tipologías que lo requieran; con erogación de RD$4,000,000,000.00 como financiamiento a tasa no superior al 4% anual para reactivar la economía local, a través de fondos de inversión.
  6. Fomentar la creación de cooperativas ambientales, dedicadas a la conservación, ecoturismo, preservación de acuíferos, especies endémicas y educación en la reducción de carbono y gases de efecto invernadero; además apoyar con incentivos estatales las cooperativas que tienen documentadas acciones en beneficio del ambiente y los ecos sistemas locales.
  7. Contribuir para que el Ministerio de Educación emprenda programa de formación de 1,500 cooperativas escolares en tandas extendidas, como mecanismos de inculcar la cooperación entre futuros ciudadanos para gestionar los proyectos empresariales.
  8. Respaldar iniciativas solidarias para la incorporación de la mujer y los jóvenes al cooperativismo dominicano, articulando la educación, emprendimientos, formación técnica-profesional, entre otros.
  9. Estimular la conformación de Clúster de cooperativas artesanales, de producción agrícola bajo clima regulado (invernadero), de cooperativas del sector agrario reformado, cooperativas manufactureras, entre otros.
  10. Mejorar capacidades organizativas, de gestión y financieras de las cooperativas para ser opción de inclusión productiva y laboral que contribuya al acceso al derecho al empleo digno y procurar el desarrollo económico sustentable.
  11. Otorgar apoyo económico indirecto para capacitación, asistencia técnica especializada y apoyo económico directo para maquinaria, equipo o materia prima de cooperativista.
  12. Viabilizar fondos de inversión para el apalancamiento a tasas prudenciales para los proyectos de viviendas a nivel nacional, bajo financiamiento a bajo costo y con ello incorporar las Cooperativas al Plan Nacional de Viviendas. 13. Diseñar estrategias de marketing y comunicación para el posicionamiento del Cooperativismo como excelente herramienta para fortalecer identidad cooperativa y corporativa del CONACOOP, sus Federaciones y Cooperativas; así como mejorar el catálogo de relaciones con nuestras asociadas, proveedores de servicios, etc.

Es nuestra misión motivar y desde la cohesión social fidelizar el Sistema de integración Cooperativa para “Unidad en la Diversidad”. Las Cooperativas tienen un papel protagónico en el desarrollo local y como tercer motor para la reactivación económica solidaria ante el COVID-19, están en plena capacidad de contribuir con las políticas de sostenibilidad del Estado para el bienestar de la sociedad dominicana.

Lo que cura al ser humano no es esquivar el sufrimiento, sino la capacidad de aceptar la tribulación. La tecnología no soluciona todo si el ser humano no está dispuesto a cambiar ocupándose de su desarrollo.

No confundamos los medios con el destino.

Conciliemos la innovación con la sabiduría, sin perder a Dios como centro, como “Alfa y Omega”.

Como afirma el Presidente de la ACI, Ariel Guarco, “hay que construir otra economía global, pensada y construida desde los territorios”.

La nueva realidad demanda el rediseño de fórmulas políticas de incidencia pública del cooperativismo para entrelazar con el fomento la interacción del empalme generacional de la juventud emprendedora con resortes de equidad inclusiva, no exclusiva; y el direccionamiento de la mujer como epicentro de un liderazgo paradigmático comprometido con la transformación territorial al producir riqueza con empresas solidarias creadoras de empleos para erradicar la pobreza con cogestión y autogestión.

Hoy, más que nunca, estamos conminados a fidelizar el Sistema de Integración Cooperativa, cuestión que permita reforzar la identidad desde el catálogo doctrinario y filosófico que enmarca a los Valores y Principios Cooperativos como excelente herramienta para el posicionamiento del cooperativismo como ente transformador para la construcción de riqueza ética. Conciliamos la innovación con la sabiduría sin confundir los medios con el destino; ya que “… cuando más resiliencia demuestran las empresas cooperativas más esenciales se vuelven…. se convierten en modelos más transformadores y sostenibles en la mayoría de las economías emergentes”, como es el caso de la Republica Dominicana.

“Por amor ha de recibirse lo que por amor se da”. Unirse es un comienzo; seguir juntos es un progreso; trabajar juntos y por asociación es un éxito que solo se viste de excelencia cuando con identidad se asume con responsabilidad el empoderamiento que permite “vivir para servir”. Jorge Eligio Méndez Presidente CONACOOP Consejo Nacional de Cooperativas

Comenta con Facebook