Rafael Narciso Vargas,

Presidente Consejo de Administración

(Tomado de El Cooperador Impreso Junio 2022)

SANTIAGO. Setenta años han transcurrido desde aquel 3 de julio del año 1952. La Cooperativa La Altagracia  fue fundada el  3 de Julio de 1952 en la Calle del Sol  esquina calle General Luperón, con el estímulo de la Iglesia Católica, cuyos sacerdotes asignados a la Parroquia La Altagracia, que le ofreció inspiración, espacios para reunirse y formación cooperativa. Es una historia que nació mucho antes de la fundación de CLA en 1952.

La historia nos remonta a los finales de la década de 1940 cuando los sacerdotes misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, dirigidos en la zona norte del país por el padre Cipriano Fortín, de origen canadiense, dio mucha importancia a la pastoral social que se llevaba dentro de la Iglesia Nuestra Señora de La Altagracia, exhortando a los laicos a que participaran en la vida comunitaria y otras actividades de la iglesia.

Dentro de este contexto visionario el padre José Coulombe, MSC, funda la Sociedad Caballeros de La Altagracia en 1945, formada por artesanos, comerciantes, profesionales, técnicos y jóvenes entusiastas del sector de Los Pepines.

El padre Carlos Guillot, MSC, llevó el mismo accionar en las zonas rurales donde incidía  esta congregación sacerdotal, principalmente en la Sierra (San José de las Matas, Jánico, entre otras) en las que divulgaban los mensajes educativos a través del semanario titulada entonces  “Hoja Parroquial’’ que más tarde se convierte en la prestigiosa y responsable revista “Amigo del Hogar’’, que editan los Misioneros del Corazón de Jesús (MSC).

La Altagracia nació con el perfil de ahorro y crédito, posteriormente  hasta el  1985, cuando amplio sus hacia servicios múltiples. Los 70 anos de trabajo y éxitos sociales, de responsabilidad social y financieros de La Altagracia, tienen una extensa historia tras de si, que debe ser conocida.

La acción pastoral del Padre Fortín coincide con la llegada al país del misionero canadiense Jhon Harvey Steele de la Congregación Scarboro, quien por invitación de monseñor Ricardo Pittini Piussi, sacerdote salesiano, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y Primado de América, vino al país a sembrar la semilla del cooperativismo, fundamentado en su experiencia previa en China y Canadá.

Steele cambia su nombre de Jhon Harvey a Pablo como forma de conectar con el pueblo cristiano del país. Al final del año 1949 el Padre Pablo Steele desarrolla varios cursillos de cooperativismo en la Iglesia Nuestra Señora de La Altagracia, mismos que sirvieron de estímulo para que el 3 de julio del año 1952 quedara formalmente constituida la Cooperativa de Ahorros y Créditos Nuestra Señora de La Altagracia, Inc., la cual fue incorporada por el presidente Héctor Bienvenido Trujillo Molina, mediante el Decreto No.9162 de fecha 26 de septiembre 1953, publicado en la Gaceta Oficial No.7609, en cumplimiento de la Ley Sobre Asociaciones Cooperativas No.3431 del 18 de noviembre de 1952.

La iglesia Nuestra Señora de La Altagracia, en que nació la Cooperativa La Altagracia.

Con apenas 15 socios fundadores, un imperceptible capital de RD$3.75 comenzaron las operaciones de ahorro que al cabo de varios meses permitieron el inicio del otorgamiento de préstamos, cuyo primer desembolso fue por RD$20.00.

Más adelante Cooperativa La Altagracia se fusiona con la “Cooperativa de Mujeres Nuestra Señora del Perpetuo Socorro’’ y la “Cooperativa de Jóvenes y Caballeros de La Altagracia’’ para mantenerse socialmente más unidos y facilitar más servicios a todos los miembros por efecto del aumento del capital social.

Entre altas y bajas se ha mantenido firme la institución aun en los periodos de tenaz persecución de la dictadura trujillista contra el cooperativismo; siendo de las pocas cooperativas que sobrevivieron esa nefasta época y de las pocas que nunca cerró sus puertas.

Lo que somos hoy

70 años después mostramos unos indicadores económicos, financieros y sociales que son la síntesis del trabajo que nos legaron los mentores, fundadores y continuadores de Cooperativa La Altagracia hace tantos años:

  • Más de 10,700 millones de pesos en activos totales,
  • Más de 190 mil socios activos, organizados
  • Más de 25 Distritos, decenas de grupos de ahorrantes,
  • Más de 40 mil niños y jóvenes organizados en los Grupos de Ahorrín.
  • Más de 7 mil millones de pesos en capital y reservas
  • Más de 8 mil millones de pesos en cartera de préstamos.
  • Por encima de 300 talentosos profesionales en servicio al cliente ofrecen sus servicios en las 10 sucursales que disponemos, únicamente ubicadas en la ciudad de Santiago y 2 de los municipios de la Provincia. (Tamboril y Navarrete).

Los programas de educación, salud comunitaria, deporte, género, farmacias cooperativas, medio ambiente, cooperativa con el barrio, arte, cultura, becas estudiantiles, universitarias y otros, los cuales impactan en forma positiva a toda la comunidad; constituyen un fiel cumplimiento de la responsabilidad social cooperativa y del compromiso cristiano de servir al prójimo desde la cooperación, inoculado por los que se atrevieron a forjar la Cooperativa La Altagracia, Inc. para llevar soluciones incluyentes, democráticas y efectivas a todos los sectores carenciados de Santiago.

En estos 70 años de trayectoria renovamos votos de firmeza, disciplina y lealtad a los valores que formaron Cooperativa La Altagracia, Inc. permitiéndonos seguir indetenibles, trabajando para fortalecer la opción del cooperativismo frente al neoliberalismo salvaje, la explotación del hombre por el hombre y el agiotismo financiero. Continuaremos el camino del progreso, la paz y la fraternidad en los años por venir.

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