Profesor Oscar Bastidas Delgado/ Consultor Internacional
Sin dudas, las cooperativas y su movimiento, se expresen a niveles locales, nacionales o el mundial, juegan papeles importantes en las soluciones a problemas de toda índole por parte de quienes deciden enfrentarlos con sus propios recursos y esfuerzos sin esperar intermediaciones de “mecenas” gobernantes o representantes de iglesias, partidos políticos, sindicatos u otros.
Sin conocerlas, es imposible dictaminar la realidad de numerosas sociedades, incluyendo aquellas con obvio dominio de relaciones capitalistas. Lamentablemente ellas son pocos visibles ante los ojos del común por desconsideraciones de los gobiernos, de “impulsores de desarrollos” y de sus propios asociados que deben hacer esfuerzos para que sus cifras y aportes figuren en los sistemas de cuentas nacionales.
01.- Algunas experiencias y dimensiones.
Diversas experiencias muestran cómo ellas enfrentan en sus ámbitos lo que sus asociados desean para sus sociedades y el planeta mismo, ellas son muestras de cómo impactar las áreas de la Calidad de Vida consideradas por la ONU: salud, alimentación, educación, vestido, ocupación y condiciones de trabajo, condiciones de vivienda, seguridad social, y derechos humanos. También son demostrativas de cómo enfrentar las múltiples necesidades de la constitución y sostenimiento de una ciudad gracias a su arsenal de actividades para construirlas y mantenerlas con condiciones ambientales aceptables[i].
Su presencia, vigencia y necesidad de impulsarlas no está en discusión. Varias experiencias pueden mencionarse; los kibutz en Israel; la Asociación de Cooperativas Múltiples de Quito Solidaridad (ACMQ) en Quito; la central cooperativa en Lara, Cecosesola en Venezuela, ganadora del Premio Nobel Alternativo 2022; la Cooperativa Recuperar de Itaguí, Colombia, y otras. Según el World Co-Operative Monitor (ACI, 2021), para el año 2021 más del 12 % de la población mundial era cooperativista gracias a 3 millones de cooperativas y proporcionaban oportunidades de trabajo al 10% de la población; destaca que las 300 empresas cooperativas y mutuales más importantes del mundo sumaban un volumen de negocio de 2,14 billones de dólares, monto superior al PIB de numerosos países.
Una ilustración
1.- El principal sistema financiero en Alemania es cooperativo: el Banco Raiffensen[ii], además, en ese país no existe un solo productor agrícola no relacionado al menos con una cooperativa; 2.- el principal financiero de Francia es el Credit Agricol, aportante del 25% de los créditos agrícolas;
3.- Japón, con sus 42.000 cooperativas con 570.000 empleados y 105.000.000 millones de miembros , cerca del 80% de la población, tiene clínicas cooperativas que atienden casi el 20% de la población y un banco cooperativo centenario, el Norinchukin Bank[iii] que con ley propia es a la vez la organización a nivel nacional de Central Cooperative Bank for Agriculture and Forestry y un inversor institucional con papel importante en los mercados financieros
4.- Israel son los kibutz los que marcan la pauta productiva pues con el 5% de la población producen el 30% del de la producción agrícola del país y múltiples beneficios en lácteos, industria metalúrgica y turismo;
5.- Suecia una de cada cuatro familias vive en cooperativas de vivienda;
6.- Países nórdicos entre el 80 y el 100 de la producción agrícola se relaciona con cooperativas;
7.- la Corporación Mondragón en el País Vasco marca el baremo salarial de su región con un promedio superior al de España.
8.- en Barcelona, España, el hospital de la ciudad es propiedad y gestionado por la cooperativa Instal·lacions Assistencials Sanitàries (SCIAS), integrada por 164,000 usuarios y 800 trabajadores fundaron con el objetivo de que sus asociados ejerzan su condición de legítimos protagonistas en la asistencia sanitaria;
9.- uno de cada cuatro estadounidenses ahorra en cooperativas de ahorro y crédito (credits unions) y el 51% de la electricidad de ese país es gracias a cooperativas; y 10.- en Canadá el porcentaje de electrificación es parecido al de USA y en cuanto a ahorros, solo en la provincia de Quebec el 65% de la población lo hace en las centenarias Cajas del Movimiento de Cajas Populares y de Economía Desjardins.
Casos latinoamericanos:
1.- Cuba el 90% de los productos agrícolas de sus mesas son producidos por cooperativas;
2.- Rep. Dominicana 2.169 cooperativas generan unos 80.000 puestos de trabajo e impacta cerca del 40% de la Población Económicamente Activa (PEA);
3.- Costa Rica destaca por sus cooperativas autogestionarias de salud, las agrícolas con sus productos inorgánicos y el alto peso del ahorro y el crédito;
4.-Colombia son innumerables los impactos, solo la red financiera asocia a cuatro de los 6,3 millones colombianos, en el ámbito de la salud destacan diversas cooperativas y mutuales y en el 2019 ocho empresas de origen cooperativo o mutual figuraron entre las 100 empresas con mayores ingresos operacionales, allí el cooperativismo de salud y el mutualismo tienen destacada presencia.
5.- Argentina las cooperativas están presente en una amplia gama de actividades que incluye urbanismo, electricidad, agua, y en interesante proceso de Empresas Recuperadas por los Trabajadores (ERT), allí las Cooperativas de Servicios Públicos asumen importantes roles;
6.- Uruguay, la Federación Uruguaya de Cooperativas de Viviendas por Ayuda Mutua (FUCVAM), con sus 54 años de trayectoria y sus 750 cooperativas afiliadas[iv], es referencia mundial de construcción de 35.000 viviendas de propiedad colectiva destinadas a trabajadores y trabajadoras de renta media y baja bajo los principios de ayuda mutua, autogestión, democracia directa y propiedad colectiva.
A estas referencias pudiesen sumarse las de la India, Corea del Sur y de algunos países africanos, tanto en actividades tradicionales como en poblamientos territoriales, en aportes contra el cambio ambiental, la transición energética, la inserción del género en el desarrollo como las muy útiles cooperativas de cuidado argentinas, y las contribuciones de otras tantas a logros de los ODS.
02.- El cooperativismo ante el Cambio Climático.
Si algún movimiento socio – económico ha demostrado con hechos su interés por preservar el ambiente e impulsar la sostenibilidad del planeta, es el cooperativista.
Efectivamente, él no se han cruzado de brazos ante el Cambio Clímático y la transición energética, desde diciembre 2000 la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) asumió un compromiso en su Declaración de Río realizada bajo el lema de “Identidad Cooperativa para el Nuevo Milenio”, propuesta reforzada particularmente en Colombia con el Pacto Verde Cooperativo promovido durante el 10º Congreso Nacional Cooperativo: “Cambio climático y Realidad Colombiana: La Respuesta Cooperativa” de la Confederación de Cooperativas de Colombia (Confecoop) en Cartagena de Indias en septiembre 2008, por el Consejo de Administración Regional de la ACI – Américas en su XXXIV Reunión de junio 2009 y la Declaración de Guadalajara formulada en el marco de la I Cumbre Cooperativa de las Américas: “El Modelo Cooperativo: Respuesta a las Crisis Mundiales”, realizada por ACI – Américas en la que 1.200 cooperativistas del continente afirmaron:
“Estamos ante un punto de no retorno. El uso indiscriminado e irracional de los recursos energéticos, la búsqueda del lucro a expensas de la naturaleza y de las personas, los paradigmas en materia de producción y consumo, los abismos que separan a las naciones más desarrolladas de aquéllas que se encuentran en vías de desarrollo y postergadas, constituyen algunos de los signos más graves de la época histórica que atravesamos. La coyuntura actual representa una oportunidad para el sector cooperativo, para fortalecer su papel de generador de cohesión e inclusión social”. (ACI – Américas (2009). Declaración de Guadalajara. Guadalajara, México 24/09/29).
Ante las incidencias del cambio climático en el planeta, numerosos cooperativistas abogamos por el establecimiento de un octavo principio referido a él, que haga que toda cooperativa con sus asociados sea defensora del planeta.
03.- Energías renovables, transición energética y gestión sostenible.
En el universo de energías renovables destacan las solares, las de energías renovables múltiples; las de turbinas eólicas colectiva; las renovables para el desarrollo social y las de reciclaje del aceite usado. Sin dudas, estos ejemplos evidencian la importancia y la presencia del cooperativismo en el mundo de las energías renovables a pesar de graves problemas como los elevados capitales para montar, por ejemplo, un panel fotovoltaico en una vivienda; acá cobra fuerza la economía de escalas que aporta el cooperativismo, gracias a ella los gastos disminuyen; por ello, en estos niveles deben explorarse opciones de alianzas tripartitas: cooperativas / sector público / sector de capital.
Son de destacar los aportes a la transición energética en la que generan o compran energía renovable y la distribuyen a través de la red eléctrica luego de acordado el precio entre asociados; son de dos tipos: las de energía eólica, y las de energía solar, van desde aquellas que reúnen a miles de asociados y clientes, pasando por comunidades de vecinos e islas enteras como la danesa Samso, hasta pequeños colectivos.
Quienes deseen asociarse a una de estas cooperativas deben pagar una cuota anual y participar en los procesos administrativos. En la Unión Europea el origen renovable se certifica a través de las garantías de origen reconocido por los reguladores.
Las primeras cooperativas de este tipo fueron danesas y alemanas expandiéndose en los 90 a otros países continentales. Hoy existen más de 3.000 en el planeta, fundamentalmente en Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Holanda, Suecia, Reino Unido, Francia y el norte de Italia, Canadá y USA; En Europa existe la Federación de Cooperativas de Energías Renovables (REScoop) con 1250 asociadas, teniendo ellas menor presencia en España, el sur de Italia y en los países que formaron parte de la órbita soviética. Costa Rica y Argentina también han incursionado en esta área.
Imposible no considerar las cooperativas de gestión sostenible de los recursos naturales que contribuyen de diferentes formas a evitar el agotamiento de los recursos naturales y han promovido foros locales buscando soluciones a los cambios del medio ambiente con emprendimientos respetuosos del mismo.
En Indonesia, por ejemplo, las forestales promueven el uso sostenible de las especies tropicales de madera dura y han recibido la certificación del Consejo de Administración Forestal (FSC) para operar en el mercado internacional del mueble.
Las cooperativas sociales italianas prestan servicios de mantenimiento de espacios públicos verdes como recolección de residuos urbanos, saneamiento, instalación de paneles solares y reducción y reutilización de residuos.
En varios países en desarrollo miles de recolectores de residuos han creado cooperativas para aumentar sus ingresos y dignificar sus actividades como en Colombia, Brasil, Argentina, México, Filipinas, la India e Indonesia. Mientras, en los Países Bajos más de 125 cooperativas agrarias ambientales facilitan que agencias de conservación firmen contratos de gestión ambiental con gestores de tierras para trabajar los territorios integralmente y no de manera fragmentaria. Son medios de autorregulación y desarrollo de instrumentos locales para objetivos ambientales.
Tal como señala la Federación de Cooperativas Agro-alimentarias de Granada, las cooperativas, garantizan a la población mundial alimentos sanos, seguros y responsables gracias a su compromiso con prácticas agrarias respetuosas que evitan emisiones contaminantes, frenan la erosión y apuestan por la economía circular. Alineados con los retos de la nueva Política Agrícola Común (2023-2027) y las estrategias del Pacto Verde Europeo, estos alimentos cuidan la calidad de vida de las personas y la salud del planeta, dos objetivos prioritarios de la Agenda 2030 de la ONU.
04.- Reconocimientos al cooperativismo.
Como se observa, son varios y en la misma dirección de defensa del planeta los pronunciamientos de cooperativismo mundial ante las arremetidas del cambio climático y la necesidad de superar los combustibles fósiles por energías renovables lo que ratifica la afirmación de que las cooperativas son pioneras en la realización de esfuerzos comunes desde hace casi dos siglos y hoy constituyen el mayor movimiento socioeconómico del mundo gracias a la inter-cooperación y la integración, procesos continuos, dinámicos propios de su naturaleza.
A través de la autoayuda y el empoderamiento, la reinversión en sus comunidades y la atención por el bienestar de las personas y del planeta, ellas actúan con visión a largo plazo a favor del desarrollo social y en muchos casos de defensa del ambiente, por estas y otras razones es que las cooperativas son reconocidas como actores importantes para impactar positivamente y sin intermediación en los 17 ODS, especialmente cuando se trata de alcanzar el pleno empleo o asegurar el trabajo decente para todas las personas con el fin de generar un crecimiento sostenido, inclusivo y sostenible.
No es casual entonces que:
1.- la ONU haya declarado el primer sábado de julio como el «Día Internacional de las Cooperativas»;
2.- la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) las hubiese declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en su sesión de Adis Abeba, Etiopía, del 2016; y
3.- el año 2012 hubiese sido declarado por la ONU como Año Internacional del Cooperativismo y que el próximo 2025 lo repita.
Para cerrar estas ideas, recuérdese que la Asamblea General de la ONU adoptó el 18/04/2023 la Primera Resolución sobre la Promoción de la Economía Social y Solidaria (ESS) para el Desarrollo Sostenible que define la Economía Social y Solidaria (ESS) así:
“…empresas, organizaciones y otras entidades que realizan actividades económicas, sociales y medioambientales de interés colectivo o general, que se basan en los principios de la cooperación voluntaria y la ayuda mutua, la gobernanza democrática o participativa, la autonomía y la independencia, y la primacía de las personas y el fin social sobre el capital en la distribución y el uso de los excedentes o los beneficios”.
– A manera de cierre.
Las acciones del cooperativismo se establecen sobre cuatro razones con altas incidencias : 1.- su ética como sinergia de valores y principios orientadora de sus acciones cotidianas alineadas con el concepto de sostenibilidad en sus tres ámbitos de acción: económico, social y medioambiental;
2.- el alto peso del Trabajo Decente que genera que, per se, concede estabilidad laboral e ingresos apropiados a sus asociados como copropietarios – trabajadores de ellas;
3.- su alta vinculación a lo local gracias al doble anclaje socio – económico por su doble dimensión Asociación – Empresa; y
4.- su capacidad de aumento progresivo de impactos y extensión territorial gracias a la inter cooperación e integración mediante centrales, uniones, federaciones, confederaciones y otras fórmulas que les permite abarcar mayores territorios, sumar asociados y comunidades con importantes economías de escala apuntando consustancialmente, de manera natural si se quiere, a la propuesta del Desarrollo Humano.
Compañeras y compañeros cooperativistas, ¡qué grande es sentirse parte de este movimiento mundial en este nuevo Día Internacional del Cooperativismo! Sintámonos orgullosos de pertenecer a este movimiento con historia propia y reales impactos.
Recordemos que con cooperativas se pueden enfrentar todos los problemas y realizar cualquier actividad humana menos esclavizar y explotar personas.
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