El Cooperativismo se encuentra en nuevas condiciones de su entorno social e institucional, tras la instalación en Palacio Nacional de un nuevo  gobierno, que ha mostrado una apertura al sector, que acaba de designar en el Consejo de Directores del Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo, a representantes del sector que había recomendado el Consejo Nacional de Cooperativas, a lo que se agrega la autorización para conceder créditos por cerca de mil 650 millones de pesos a las cooperativas agroalimentarias, de producción y emprendimientos juveniles (los cuales, es bueno aclarar, son financiamientos a ser pagados hasta el último centavo) – recordar que los principios del Cooperativismo impiden aceptar regalos o  donaciones de gobiernos  o sectores privados), – a diferencia del trato recibido durante el anterior gobierno cuando no se financio un solo centavo al cooperativismo en medio de la pandemia, a pesar de lo cual sobrevivimos con dignidad, trabajo y la fe de nuestros asociados.

El cooperativismo reconoce la buena disposición del presidente Luis Abinader Corona que recibió en Palacio a la alta dirigencia del sector; se encuentra en proceso de aprobación en el Congreso Nacional, el Código Legal  Cooperativo, y su posterior promulgación como ley nacional por parte del Poder Ejecutivo.

El cooperativismo puede establecer relaciones, alianzas y posturas comunes con regímenes, organizaciones y comunidades, en función del cumplimiento de sus principios y la vigencia de sus valores.  El cooperativismo no es temporal ni tiene plazos de caducidad. No es  condicional ni a gobiernos ni a sectores privados o sus organizaciones.

El sector reconoce como positiva la actitud del nuevo gobierno y la saluda. Es muy saludable que exista una postura gubernamental por cuanto implica un reconocimiento de nuestro potencial transformador.

Pero recorrdamos que no dependemos de nadie,  excepto de la fe y confianza de sus asociados y asociadas.

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