Por Yanio Concepción/Tomado de Financierodigital.com

El turismo dominicano se ha convertido en los últimos años en uno de los soportes más fuertes de la economía y un importante generador de flujo de divisas.

A partir de la declaración que hiciera las Naciones Unidas en 1968: “De todas las playas del mundo pocas tienen las aguas tan transparentes y las arenas tan blancas que parece una fantasía como las playas dominicanas”, el país es reconocido como uno de los destinos turísticos más atractivos para vacacionar en todo el caribe insular y se posicionó en el primer lugar entre los destinos más visitados del mundo durante el pasado año 2022, según un reporte publicado por la empresa de estudios de mercado de viajes Big Data, en turismo e inteligencia empresarial, ForwardKeys.

El turismo en el país es clave para la economía dominicana.

Este sector genera alrededor del 15% del PIB, más de 175,000 empleos directos y 90,000 indirectos, e influye en más de 500,000 personas, a través del derrame económico.

Durante los últimos seis años, la cartera de crédito de los bancos múltiples destinada al turismo, registró una expansión de 127%, al pasar de RD$42,808 millones en 2016 a RD$97,131 millones en 2022, para un incremento acumulado de RD$54,324 millones, reveló la Asociación de Bancos Múltiples de la República Dominicana (ABA).

Hoy contamos con un portafolio turístico dividido en cuatro bloques de destinos:

  • Este,
  • Sur,
  • Norte y
  • Ecoturismo interno, que no ha sido explotado, pero que convierte nuestra isla en una economía del turismo, que debemos preservar atendiendo los retos ambientales, climáticos, y especialmente el que se genera desde el Estado, con decisiones urgentes atendidas a largo plazo, y poco interés de frenar las amenazas de las alianzas público-privada que perjudican estos destinos.

Esta gestión requiere de tomar decisiones que entrañan grandes transformaciones en las estructuras productivas de las economías que nos sustentan, partiendo de que la economía del turismo se desenvuelve en un escenario cambiante.

La OMT prevé un buen año para el sector, aun enfrentándonos a diversos retos, como la situación económica internacional y la continua incertidumbre geopolítica.

Según apunta la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana, ya no es una quimera recibir 10 millones de visitantes en el país, que existen 425 hoteles y más de 82,000 habitaciones, lo que demuestra la confianza de la economía del turismo local.

En la economía del turismo debemos seguir fortaleciendo el compromiso nacional con sus diversas modalidades como son:

turismo cultural,

agroturismo,

aventura,

deportivo,

turismo de salud y bienestar,

religioso,

cruceros,

rural comunitario,

gastronomía, y otros más.

Debemos cuidar y apostar a mejorar la atención a los turistas, la calidad en los servicios, las adecuaciones a las instalaciones físicas y el entorno de los destinos, además de valorar la red nacional de áreas protegidas.

También es importante que desde el gobierno se considere establecer una mayor fluidez de incentivos a la diáspora dominicana esparcida principalmente en Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico, España, Italia, Suiza, Bélgica, Panamá y otros países.

La economía del turismo es uno de los puntos más brillantes que ha definido el Estado Dominicano para el crecimiento del PIB y debe ser compartida en los centros de estudios como una asignatura que la define como la ciencia que “estudia y analiza las relaciones económicas que surgen en la producción, distribución, así como el consumo de productos y servicios turísticos que son necesarios para satisfacer las necesidades y deseos de los viajeros”.

Es una prioridad cuidar la economía del turismo, invertir en políticas medioambientales, resarcir los daños y remediar el pasivo ambiental en las áreas afectadas.

Hay que propiciar la recuperación, defensa y protección del sistema nacional de áreas protegidas y las cuencas captadoras de agua, que nos aseguran un turismo más sostenible en nuestra Isla.

 

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