COOPEGAS en tanto cooperativa, no está sola. Tenemos formas de estar a su lado, sin estridencias, sin presiones a la justicia. Nuestro sector esta consciente de la situación y habrá de manifestarse en su favor, en el momento adecuado.

La reflexión se produce a propósito de las declaraciones de un fiscal de Santiago en el sentido de que La Cooperativa La Económica COOPEGAS, es una empresa disfrazada de cooperativa, da la medida del desconocimiento del funcionario judicial sobre la naturaleza empresarial del sector a que se refiere.

 

No nos sumamos al rejuego de participar en juicios mediáticos con solo la parte acusadora, al tiempo de manifestar nuestra fe en la justicia y los jueces con conciencia de su quehacer.

El fiscal Francisco Núñez, durante su rueda de prensa a los medios de Santiago, afirmó que solicitara IDECOOP una investigación para determinar las razones por las que considera COOPEGAS es una cooperativa que en realidad esconde una empresa en realidad.

Da vergüenza ajena que un funcionario judicial, que se supone más o menos orientado sobre la sociedad y sus aconteceres, desconozca que el cooperativismo implica dos dimensiones: una como empresa productiva y otra, tan importante como la primera, de compromiso con la sociedad, sus asociados y la comunidad.

No se trata aquí de evaluar el caso Licey al Medio, pero resulta lamentable que, entre una afirmación y otra, entre una medida y otra, se pueda externar un criterio divorciado de la verdad y que nadie salga a poner los puntos sobre las ies y las razones y argumentos  sobre la ignorancia doctoral con toga o sin ella.

La tragedia es dolorosa e impagable, eso fuera de toda disputa.

Toda cooperativa es, por tanto, una empresa con el objetivo de redituar beneficios, solo que su propiedad no es de un dueño único sino de quienes se han unido para integrarla.

Las más de mil 500 cooperativas que operan en el país, todas son empresa, que tienen empleados, ejecutivos, que realizan sus operaciones, que tienen gastos y producen beneficios, realidad que parece ignorar el fiscal Núñez.

¿Qué habrá de pasar cuando el Instituto de desarrollo y Crédito Cooperativo le indique esta realidad y que las operaciones de COOPEGAS, en tanto es una cooperativa debidamente regulada, son supervisadas y corroboradas por esa entidad reguladora? Nos quedara como único recurso sentir vergüenza ajena.

No se trata ahora de juzgar la acción de fiscal y que deberá tener su clarificación con la actuación de otras instancias judiciales.  No se trata de presionar la justicia, en cuyos jueces creemos. Lo que apena es la ignorancia en un nivel que se supone, al menos orientado.

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