El Comité de Mujeres COOEPROUASD anunció para mañana a las nueve antes meridiano una ofrenda floral en el busto de Salome Ureña de Henríquez en la plaza de los Educadores en la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD.
Anaisa Pérez, presidenta de COOEPROUASD, dijo que la ofrenda tiene un valor simbólico para contribuir a la reflexión sobre la situación de las mujeres y la violencia, al tiempo de presentar un documento en el que sostiene textualmente:
“Aunque se institucionalizó relativamente hace poco tiempo, en realidad el 8 de Marzo, como Día de la Mujer cuenta ya con más de un siglo de historia.
Se inician con las protestas del movimiento obrero de finales del siglo XIX en las que la mujer comenzó a visibilizar sus limitaciones y reivindicar el reconocimiento de sus derechos.
En 1945, tras la devastación de la II Guerra Mundial se llegaría al primer acuerdo internacional que consagra la igualdad de género, pero sería aún tres décadas después, en 1975, cuando la ONU estableciese y celebrase por primera vez el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo, coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer.
Las mujeres del mundo desean y merecen un futuro igualitario sin estigma, estereotipos ni violencia; un futuro que sea sostenible, pacífico, con igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas. A fin de lograr este objetivo, el mundo necesita mujeres en todas las mesas en las que se tomen decisiones.
Con la participación y el liderazgo plenos y efectivos de las mujeres en todos los ámbitos de la vida se consigue el progreso para todo el mundo. Sin embargo, las mujeres siguen sin tener suficiente representación en la vida pública y la toma de decisiones. Según el informe del Secretario General de las Naciones Unidas. Las mujeres son jefas de Estado o de gobierno en 22 países, y únicamente el 24,9 por ciento de los parlamentarios nacionales son mujeres. Al ritmo de progreso actual, la igualdad de género entre jefas y jefes de gobierno tardará otros 130 años.
Asimismo, las mujeres se encuentran al frente de la batalla contra la Covid-19, como trabajadoras del sector de la salud y en primera línea, y como científicas, médicas y cuidadoras; no obstante, ganan un 11 por ciento menos globalmente en comparación con sus homólogos masculinos. Como señala un análisis de equipos de trabajo sobre la Covid-19 de 87 países, solamente el 3,5 por ciento de estos tenían paridad de género.
Por ello, ONU Mujeres ha establecido “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19” como lema oficial de este 8 de marzo de 2021. A través de él, se busca celebrar los enormes esfuerzos que realizan mujeres y niñas en todo el mundo para forjar un futuro más igualitario y recuperarse de la pandemia de la Covid-19.
En esta línea, ONU Mujeres señala que, a raíz de la pandemia, han surgido nuevos obstáculos que se suman a los de carácter social y sistémico que persistían antes y que frenan la participación y el liderazgo de las mujeres. En todo el mundo, las mujeres se enfrentan a un aumento de la violencia doméstica, a tareas de cuidados no remunerados, al desempleo y a la pobreza.
Nuevo estudio revela se mantienen ideas atrasadas
La presidenta de COOEPROUASD, cita el estudio que ha presentado el fin de semana por el Patronato de Apoyo a la Mujer Maltratada (PACAM) en el que se establece:
“Un estudio del Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (PACAM), auspiciado por el Banco Popular Dominicano evidencia que se sigue aceptando el estereotipo tradicional y misógino, que cree en la inferioridad de la mujer frente al varón, que se culpa a la mujer del mismo maltrato que recibe víctima de maltrato y se sigue viendo la violencia como solución de problemas, todos pensamientos erróneos que siguen presentes en la sociedad dominicana
La investigación titulada “Pensamientos Distorsionados sobre la Mujer y el Uso de la Violencia” encuestó a 2,045 personas, con una edad media de 41.5 años; el 30.7% fueron hombres y el 69.3%, mujeres, en 27 provincias más el Distrito Nacional, entre noviembre de 2020 y enero de 2021. El 87% de la muestra contaba con un grado académico de licenciatura o superior.
Responsabilizar a la mujer por mantener la convivencia con un hombre violento es de todas las distorsiones la más aceptada entre los dominicanos: un 41.8% de las respuestas dice que si la mayoría de las mujeres víctimas de violencia no llaman a la Policía es por querer proteger a sus parejas; un 41.4% expresa que, si realmente quisieran, las mujeres maltratadas sabrían cómo prevenir nuevos episodios violentos; para el 24.3% hay muchas mujeres que provocan deliberadamente a sus parejas para que pierdan el control y las maltraten.
El objetivo del estudio era comprobar las distorsiones cognitivas más frecuentes en la forma de pensar de la población dominicana, entre ellas, que las mujeres son inferiores y culpables de padecer violencia, la falta de responsabilidad del agresor y otras creencias erróneas sobre los roles sexuales que legitiman la violencia como forma de solucionar los conflictos.
Tanto mujeres como hombres participantes en el estudio asumen estas distorsiones del pensamiento, siendo en el caso de los varones significativamente mayor. No se detectó diferencia estadística entre las diferentes regiones del país.
El trabajo del PACAM expone que el 10.3% de los encuestados cree que la mujer debe tener la comida a punto cuando el hombre llega a casa; un 8.5% afirma que, cuando un hombre pega a su pareja, ella sabrá por qué; en tanto el 5.6% de los entrevistados dice que el hombre es el responsable de la familia y la mujer debe obedecer.
Culpabilizar la mujer como responsable de su maltrato
También se percibe una distorsión con los menores en el hogar, ya que en un 31.1% de las ocasiones los encuestados afirman que los niños no se dan cuenta del maltrato de sus padres a sus madres, a no ser que sean testigos directos de la violencia.
La investigación muestra cómo se acepta esta violencia como un mecanismo en la convivencia en la familia, justificando que lo que ocurre en un núcleo familiar debe quedarse ahí.
Al minimizar la violencia, se elimina también la culpa al maltratador. El 48.9% de los casos eximen a las personas violentas por tener graves problemas psicológicos, mientras un 45% de los encuestados ve la violencia contra las mujeres como una muestra de la preocupación de los maltratadores por ellas”.
La razón de la ofrenda sea a Salomé Ureña de Henríquez
COOEPRUASD detalla porque selecciono a Salome Ureña de Henríquez, para ofrendarle el homenaje:
En esta ocasión queremos llevar a ustedes la vida de mujeres dominicanas que fueron y seguirán siendo líderes en nuestro país por su aporte a la Patria, al País, a la Educación, a la Igualdad de Género, entre otros; en esta oportunidad hablaremos de Salome Ureña de Henríquez.
Poetisa dominicana. Figura central del romanticismo dominicano y una de las mayores escritoras que ha dado el país, Salomé Ureña fue además la precursora de una nutrida serie de voces femeninas que, ya en el modernismo, hizo de Hispanoamérica una fértil «tierra de poetisas», con protagonistas tan insignes como la argentina Alfonsina Storni, las uruguayas Delmira Agustini y Juana de Ibarbourou o la premio Nobel chilena Gabriela Mistral, entre otras.
La maestra y poeta está considerada como la figura central de la poesía lírica dominicana de mediados del siglo XIX y también innovadora de la educación femenina en el país. Fue hija del también escritor y preceptor Nicolás Ureña de Mendoza. Sus primeras lecciones las tomó de su madre Gregoria Díaz.
Más tarde su padre la llevó de la mano en la lectura de los clásicos, tanto españoles como franceses. Debido a ello, la joven Salomé alcanzó una educación y formación intelectual y literaria que ayudaría a codearse con el mundo literario de su país a los quince años.
A los 20 años se casó con Don Francisco Henríquez y Carvajal. Les nacieron cuatro hijos: Francisco, Pedro, Max y Camila Henríquez Ureña.
Su tercer hijo, Max, llegaría a ser una de las lumbreras humanísticas más destacadas de la América Hispana en el siglo XX.
En 1881 instituyó en la Isla el primer centro femenino de enseñanza superior, nombrado Instituto de Señoritas. A los cinco años de su iniciación, se diplomaron las primeras seis maestras normales de Republica Dominicana.
Fueron ellas: Leonor M. Feltz, Mercedes Laura Aguiar, Luisa Ozema Pellerano, Ana Josefa Puello, Altagracia Henríquez Perdomo y Catalina Pou.
Este centro se convirtió en la primera institución educativa de la República Dominicana destinada exclusivamente a la enseñanza superior femenina.
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